miércoles, 4 de diciembre de 2013

Patrimonio Arquitectónico


Por patrimonio arquitectónico se puede entender un edificio, un conjunto de edificios o las ruinas de un edificio o de un conjunto de edificios que, con el paso del tiempo, han adquirido un valor mayor al originalmente asignado y que va mucho más allá del encargo original. Este valor puede ser cultural o emocional, físico o intangible, histórico o técnico.
Las obras de arquitectura que pueden considerarse de patrimonio arquitectónico serán entonces las que, debido a una multiplicidad de razones, no todas de índole técnica o artística, se consideran que, sin ellas, el entorno donde se ubican dejaría de ser lo que es.
La conservación y restauración de los bienes inmuebles de valor patrimonial implican una serie de criterios específicos que apuntan a mantener la autenticidad e integridad de la obra. Si bien cada edificio o monumento presenta problemáticas particulares, definidas en relación a su historia, a su significado en el entorno, a las intervenciones que ha sufrido, a los componentes materiales y las patologías diversas que los afectan, existen criterios generales que tutelan la actividad a nivel internacional.
Así  como conservamos objetos  que tiene un significado particular o que lo han tenido en algún momento de nuestra vida debemos cuidad de nuestros barrios. Al conservar un objeto no solo se guarda lo material, lo tangible, sino que en eso hay toda una carga emotiva que queremos recordar pues es parte de nuestra propia historia. Nos recuerda el camino recorrido y nos conforma como individuos.
Conservar el Patrimonio Histórico es salvaguardar nuestra historia. Es resguardar lo que nos conforma como sociedad. Es guardar aquello que da cuenta de  nuestro paso por este mundo. Salvar el Patrimonio es adoptar la responsabilidad de proteger la historia para la posteridad, para poder ser leída en las paredes de los edificios y a partir del conocimiento mejorar.
Proteger,  restaurar y conocer  los edificios emblemáticos de una manifestación artística es fundamental para recordarnos quienes somos como humanidad. Pues en el arte nos reconocemos. 





Importancia de las Humanidades Digitales

Así como en su momento la tecnología de la imprenta signó la reproducción y conservación, la tecnología digital es la protagonista del humanismo en el siglo XXI. El modo de interpretar y de investigar se ha modificado y eso nos ubica frente a un nuevo paradigma de las humanidades.
La digitalización de datos es una fuente inagotable y valiosa a la hora de investigar. Pueden hacerse seguimientos culturales que eran inimaginados cuando solo se contaba con los textos impresos para investigar. Los archivos y repositorios permiten estudiar los cambios culturales por temporalidades precisas y ubicación geográfica con el mismo grado de acierto. Y el resultado de las investigaciones puede ser compartido rápidamente con otros especialistas aumentando las posibilidades de nuevos descubrimientos.
La tecnología siempre ha sido fundamental para el cambio social pero el desarrollo en la tecnología digital es imprescindible en el presente y en el futuro pues se desarrollan, mayormente en la comunicación y en la cultura, áreas básicas del humanismo. Así como en su momento fue revolucionaria la imprenta estamos ahora frente a un cambio en la producción y distribución de conocimiento por medio de las nuevas tecnologías. El soporte ha cambiado y por tanto la forma de relacionarnos con los formatos.
Ya no alcanza con solo digitalizar lo existente, aunque esa es la base para formar a los nuevos humanistas, sino que se deben formar nuevas comunidades que intercambien saberes para engendrar un conocimiento nuevo acorde a la multiplicidad de las herramientas digitales. Los digitalizadores asumirán responsabilidades educativas y también las referidas al humanismo tales como la historia y la comunicación, por lo tanto deberán tener conocimiento intelectual sobre estas cuestiones para que la transmisión sea lo más adecuada y correcta posible.
Desarrollar y afianzar el idioma español es fundamental para la conservación de bienes culturales y para no quedar relegados en el estudio de las humanidades. Fomentar y gestionar proyectos humanísticos y comunicarlos será muy importante para estar acorde a los cambios que se producen a pasos agigantados. Desarrollar especificaciones promoviendo la digitalización de contenidos con el fin de preservarlos será de vital importancia para la transmisión de cultura a las generaciones futuras. 

Crear una red de relaciones de trabajo en pos de conservar los contenidos que involucran a todas las áreas del humanismo es la tarea del humanista digital. Los humanistas deberán hacer su parte replanteándose sus metodologías y el gobierno deberá implementar incentivos que promuevan esta nueva tarea que no solo reportará grandes retribuciones económicas para la Nación sino que es casi un deber para la humanidad.  

BIOGRAFïA

Andrés Kálnay nació el 4 de abril de 1893 en Jasenovác, ubicada en la actual República de Croacia, que antaño formara parte del Imperio Austro-Húngaro.
En los estudios mostró buenas aptitudes para la historia y el dibujo y aprendió rápidamente idiomas, entre ellos inglés, francés, castellano y latín; además se destacó en matemáticas. Sólo contaba con catorce años cuando en 1911 inicia los cursos de ingreso a la Escuela Superior Real Estatal Húngara de Budapest. Paralelamente y durante el verano, ejerció diversos oficios en especial carpintería y albañilería-incentivado por el padre, para complementar su formación.
Al trasladarse a Budapest se une al plantel de un importante estudio de arquitectura. Más tarde trabaja en otra oficina de constructores, donde se puso en contacto con profesionales prestigiosos quienes manifestaron su conformidad por la capacidad de Kálnay para el dibujo técnico y el diseño.
Cuando se declara la Gran Guerra Andrés y su hermano Jorge son convocados por el ejército e ingresan en el 7° Regimiento de Artillería. Al finalizar la guerra y desintegrado el Imperio, regresa a su tierra natal y emprende conjuntamente con su hermano la construcción de 48 viviendas, destinadas a las familias damnificadas por la guerra, que fueron levantadas en un breve lapso gracias al método seriado que ha creado, conocido luego como “sistema AK”.
La revolución bolchevique y el posterior régimen comunista obligó a los hermanos Kálnay a salir de Hungría. Tras una breve estadía en Venecia llegaron a Nápoles embarcándose como polizones en un buque que se dirigía en principio a EE.UU. y en alta mar cambia su rumbo hacia el Río de la Plata. Si bien los primeros años que pasaron en la ciudad tuvieron grandes dificultades, con el transcurso de los meses obtuvieron empleo en distintos estudios de arquitectura de gran prestigio.
En 1921 los hermanos Kálnay decidieron ejercer de manera independiente, por lo que abren el estudio “Andrés Kálnay - Jorge Kálnay, Arquitectos”. Pocos meses después reciben de Banús el encargo de construir el restaurante Munich, situado en la intersección de la calle Cangallo (hoy Presidente Perón) y la Avenida Pueyrredón. En los años siguientes los encargos se multiplican.
Luego de trabajar como proyectistas y perspectivistas en varios estudios, ambos fueron incorporados al registro oficial, lo que les permitió instalarse por su cuenta. Con el Decreto N° 17.946 del año 1944 que prohíbe el ejercicio profesional a los arquitectos que no tuvieran diploma de una universidad argentina, o hubieran revalidado su título extranjero en alguna Universidad Nacional cambia radicalmente la situación de Kálnay; de esta forma solo pudo ser Director de obra, aunque se le autorizó a ejercer la arquitectura.
Autor de numerosas publicaciones, docente y conferencista, se dedicó especialmente a la problemática de la vivienda. El hecho creativo de la construcción fue para Kálnay la expresión de un pensamiento comprometido con las necesidades reales del hombre y la eficiencia en el uso del tiempo. Su producción, vasta y heterogénea, pervive aún hoy en casi todos los barrios porteños.
A comienzos de la década de 1960, ya retirado de la profesión, su espíritu inquieto y los fuertes lazos que lo vinculaban a la actividad artística se canalizaron en el dibujo, en la pintura y la filosofía.
El 28 de diciembre de 1982 lo sorprende la muerte a la edad de 89 años







                                                                                                                                                                         András Kálnay (Jasenovác 04/09/1893 - B. Aires 28/12/1982)   
Foto CEDODAL



Reflexión


Compartimos las emocionantes palabras que nos leyó el arquitecto Ricardo Calderón .

"Hay que pensar que la historia de todos los estilos, desde los tiempos más remotos a nuestros días, es el fiel reflejo de la vida de una e´poca determinada y al mismo tiempo cada estilo saca sus raíces de la eterna renovación del alma humana que, como la misma naturaleza, nunca se cansa de evolucionar. La divina misión de los grandes maestros del arte ha sido la de hacer vibrar las aspiraciones del alma universal en completa armonía con la suya propia."

El Club Social

El Club Social nació el 6 de junio de 1877, cuando un grupo de vecinos se reunió para “la formación de una sociedad exclusivamente de recreo y entretenimiento, y muy especialmente para buscar la concordia y armonía que debe reinar entre los vecinos del partido”. Se conformó una Comisión Provisoria presidida por Teodoro Berro, cuyos deberes eran confeccionar los estatutos y reglamentos, invitar a los vecinos a formar parte de la sociedad y convocar a socios para la Asamblea.
El 17 de junio en Asamblea General se formalizó la primera Comisión Directiva. En la misma los socios coinciden en que la tarea más difícil será obtener un lugar como sede del Club. En los primeros años se utilizó una casa alquilada a Antonio del Valle en la Calle Mitre, el mismo local en el que funcionaría por muchos años la Biblioteca Popular.
En 1894 alquilaron la planta alta a la Comisión del Teatro Chascomús. En las veladas y actos jamás faltaba la música, contrataban un pianista o la banda del Maestro Justo López.
En 1907 el gerente del Banco Nación, Claudio Canedo, era el presidente. Se propuso cambiar el club, darle una nueva proyección por ello arregló la sede, cambio alfombras y muebles.
El sueño de contar con sede propia se hizo realidad siendo presidente el Dr. Ezequiel Tagle. Dice el Album de Dorcasberro, documento significativo de fines de la década del 20 que, el Dr. Tagle “era meticuloso, sistemático, abriendo en un lado el bolsillo –varita mágica de todas las decisiones- y en otro los ojos, con más afán inquisidor que en la propia clínica”.
El terreno fue comprado a Pedro Deytieux. Tanto el terreno como el edificio fueron financiados con las donaciones de sus socios que cubrieron las dos terceras partes del capital invertido, cancelándose el saldo con un crédito hipotecario.
Para elegir el diseño se invitó a los constructores locales a presentar proyectos. De todos se aprobó el presentado por Rafael de Césare de Capital federal.


publicado por (2013, 05). Historia Club Social Chascomús. Buenas tareas.com. (Recuperado 12, 2013), de htpp:// www. buenas tareas. com/ensayos/Historia-Club-Social-Chascomús. 










imagen publicada en la web

Mapas







Ciudad de Chascomús
Publicado en www.windsurfers.com.ar
recuperado el 4.12.2013





  Club Social en Chascomús            
Libres del Sur 14                 



Fotografías Club Social en Chascomús


El paso de Kálnay por Chascomús



Interior del Salón con auténticas lámparas Kálnay.




                                Original mesa "art deco"








Escultura "El Indio" rodeada de los originales vitreaux
en la planta baja del Club